¿Te imaginas tener que dejar todo atrás? Tu hogar, tus cosas, tus amigos y familia, verte obligado a huir de tu país y empezar un viaje quizás sin destino, pero donde deberás caminar miles de kilómetros atravesando peligros y privaciones. Muchos migrantes y refugiados tienen que hacerlo, toman sus pertenencias, se despiden e inician un largo viaje, lleno de retos, duras pruebas y escasez de muchos de elementos básicos como alimento, agua, vivienda y educación.
Sin embargo, todos los comienzos duros y tristes pueden tener un final feliz. Muchos refugiados son portadores de esperanza para comenzar de nuevo con una vida digna y plena.
Conozcamos la historia de Judith, una mujer salvadoreña de 26 años, que a su corta edad ha atravesado muchos retos pero que hoy descansa en confianza y agradecimiento por ser refugiada en Huehuetenango y volver a obtener las oportunidades que había perdido.
Hace algunos años Judith, tuvo que tomar una de las decisiones más importantes de su vida, dejar su país junto a su esposo y dos hijos, derivado de la inseguridad, violencia y en busca de nuevas oportunidades de subsistencia, algo que no fue nada fácil. Se enfrentó a un contexto diferente, sufrió de discriminación y rechazo por su nacionalidad. Sin embargo, Judith, es una mujer de lucha constante, persistente, trabajadora y tenaz que con el fin de sacar adelante a sus hijos logró ganarse el cariño de muchos y posicionarse como una comerciante y emprendedora local.
Inicialmente Judith trabajó con su suegra en un espacio de venta de fruta en el mercado municipal de Huehuetenango, aprendiendo del comercio local y adquiriendo experiencia, al pasar de los años y debido al aumento de vendedores y comerciantes locales, se aperturó el mercado Kaibil Balam ubicado en 1ª calle zona 8 de Huehuetenango. Con el deseo de mejorar el ingreso económico familiar, su suegra, decidió brindarle un espacio para emprender en el nuevo puesto que había obtenido.
Todo marchaba bien, sin embargo, el 2020 fue un año de desafíos sociales y económicos, con la llegada de la pandemia COVID19, las personas ya no se acercaban al mercado a realizar sus compras habituales lo que hizo que la familia de Judith sufriera pérdidas y no obtuvieran utilidad sobre lo invertido.
A mediados del año 2021, Judith se informó de un proceso legal por parte de ACNUR a través de sus socios locales, brindándole a las personas no guatemaltecas que residen en el país, orientación e información sobre la condición de refugio. Luego de unos meses de seguimiento, logra un capital semilla para emprender en el negocio de comercio local. En 2022, con el apoyo de World Vision a través de los procesos implementados, Judith logró el fortalecimiento de emprendimiento para así mejorar algunas situaciones de la instalación física del puesto en el mercado. Judith y su familia expresan que la vida tanto comercial como personal ha cambiado positivamente, lo que antes era un pequeño puesto de fruta ahora es una abarrotería.
Hoy Judith, aunque añora su país, se siente feliz de vivir en Huehuetenango aportando con su negocio al desarrollo económico en la localidad.
"La perseverancia y fiel creencia en los planes de Dios, han sido parte del cambio y mejora en nuestra vida. Agradezco a todo el que ha intervenido en nuestros cambios positivos".
-Judith