“De maíz amarillo y de maíz blanco se hizo su carne; de masa de maíz se hicieron
los brazos y las piernas del hombre. Únicamente masa de maíz entró en la carne
de nuestros padres” fragmento de Popol Vuh.
El maíz es un símbolo de identidad cultural, es más que un grano. Es consumido
por las y los guatemaltecos en diferentes formas tayuyos, tamales, tamalitos, atoles, la principal forma de consumirla es en tortilla, el cual es acompañada con las
diferentes comidas que se preparan en los hogares. El maíz forma parte de nuestro día a día, de cada menú. El maíz es cultivado en las diferentes comunidades en espacios de terrenos reducidos, condicionado únicamente a consumo familiar.
Muchos niños y niñas, familias, comunidades y población guatemaltecas crece con
el menú de “Frijoles con tortilla”, un platillo delicioso que no puede faltar en cada
hogar; en el que la familia se sienta al calor de las brasas que cuecen la olla de
frijoles, mientras la madre “tortea” la masa para las tortillas, y calienta el café; un
que padre llega después de una jornada de trabajo en la agricultura, como única
fuente de ingresos.
La Pupila de cielo”, ubicado en San Cristóbal Verapaz, del departamento de Alta
Verapaz caracterizada por su cultura maya Pocomchí, según el Instituto Nacional
de Estadística-INE, (2017) existen 68,687 habitantes, aproximadamente de los
cuales un 50.70% son mujeres y 49.30 son hombres. Resaltando que el 62% de la
población habitan en el área rural y 38% en el área urbana; siendo un municipio con
mayor vulnerabilidad nutricional.
World Vision ha iniciado prácticas de concientización en asocio a Municipalidad,
lideres comunitarios, familias, niños y niñas para poder decir SUFICIENTE,
abordemos las causas de desnutrición; nuestras acciones pueden salvar vidas.
Hemos visto como familias lloran la perdida de un hijo debido a causas de
desnutrición, como madres prefieren dejar de comer con tal de alimentar a los niños,
niños llegando a hospitales con altos índices de desnutrición en la que se combate
con medicinas y que dan una esperanza de vida. No todo es malo, hemos visto
niños recuperados, sanos, familias felices que un niño ha superado esa etapa.
Hoy hemos dado paso a combatir los índices de desnutrición, salvaguardar la vida
de un niño o una niña, hemos unido acciones para crear espacios de confianza entre
la población y centros de salud. World Vision ha sido un pilar entre la población y
las diferentes entidades, ya que tal como lo comentaba doña Irma “tenemos miedo
de llegar a pesar a nuestros hijos, porque nos los pueden quitar”, “se los llevan y no
nos dejan verlos”, “no tenemos dinero para ir hasta el hospital”. Tanto ha sido el
dolor y sufrimiento que las comunidades han tenido que se ha perdido la confianza
con el Estado.
Ya se ha tenido SUFICIENTE prácticas de malnutrición, por ello se inicia con
concientización en los hogares con prácticas de cocción higiénicas, abastecimiento
de alimentos propios de la comunidad que garanticen el crecimiento de niños y niñas
de manera sana, esto con el fin de iniciar en los hogares, crecer en la comunidad y
poco a poco se pueda crear estrategias institucionales con asocio a entidades para
poder llevar a proyectos que continúen con empoderamiento comunitario.
Los huertos familiares han significado mucho para las familias, ya que ha permitido,
a través de sus prácticas de cultivo, una visión amplia de la utilización de recursos
a su alcance que permitan una alimentación saludable y además de ello poder
generar recursos económicos para crecimiento familiar. Rosalía menciona
“Agradezco tener mis gallinas, ya que con eso pude vender algunas y comprar
alimentos para mis hijos, y también pudimos comer algunas”.
Mas que una comida, significa fortalecer a niños y niñas desde su nacimiento con
alimentos que permitan un crecimiento sano física y mentalmente; crear prácticas
de higiene familiar que garanticen la salubridad de las personas. Una tortilla, no es
solo un bocado más, sino que puede significar salvar una vida.
World Vision ha dicho SUFICIENTE, y se encuentra abriendo oportunidades que
permitan combatir la pobreza, educación, falta de alimentos, agua potable, entre
otros con el fin de reducir índices de desnutrición, para que cada niño y niña tenga
vida en toda su plenitud.
Escrito por Brenda Morán Pérez.
Facilitadora en Alta Verapaz Guatemala.
